Ni siquiera me concediste el
beneficio de la duda.
Me has mostrado la clase de
persona que eres. Tu manera de ser y de definir tu propia vida.
Este tiempo compartido ha
servido para enseñarme el tipo de persona que no quiero ni desearé ser nunca.
No tienes o no has tenido nunca
la capacidad de creer en los demás como yo he creído en ti siempre. Y he
perdido mucho tiempo, demasiado, como para malgastar éste que ahora tengo, aquí
contigo, y actuar como si nada hubiera pasado, como si mis pensamientos no
hubieran cambiado o mis planes no se hubieran transformado por sí solos.
No encontraba la manera, las
palabras, el diálogo más o menos adecuado y coherente respecto a esta
situación, para despedirme de ti. Y prefiero decirte la verdad, lo que siento,
lo que me has hecho sentir.
Sé que no te estoy
haciendo daño, sé que te darías cuenta de esto tarde o temprano. Temía que
llegara un momento duro entre nosotros, pero créeme por esta vez que jamás
pensé que llegaría un momento tan difícil. Podría cerrar los ojos y taparme los
oídos, viviendo como si nada sucediera, como si nada me influyera, como si la
manera de dirigir tu vida implicara que también contribuye a ampliar de
felicidad la mía. Pero no puedo mentir, ni mentirme. Creo que es mejor actuar
de esta forma, pues dentro de un tiempo serás tú quien abra los ojos, y
pensarás que estas palabras tienen el sentido que yo les atribuyo.
Ni siquiera te has esforzado en
construir tu propia capacidad de confiar en las palabras de la gente. Es
difícil sobrevivir de esa manera, y te aconsejaría, por última vez, que
empieces a pensar en los demás y a darles oportunidades, como tú haces contigo
casi continuamente. Te escuchas, te enfadas contigo mismo y vuelves a empezar.
Pero eso nunca lo logras con la gente que te rodea y te quiere, y también te
escucha.
Yo nunca me habría cansado de
apoyarte, ayudado y escuchado en todo momento si no me hubieras tratado cual
estatua sucia y vieja en un museo inapropiado. Tú eres ese museo, un museo
inapropiado para mí, y yo la estatua que no puede ni debe encajar contigo.
Ya me niego a pensar qué tipo de
error es el que se ha establecido entre ambos, no me preocupa. Estoy intentando
huir de todo esto, sé que lo conseguiré. Aunque dentro me resultará difícil no
pensar en lo felices que podríamos haber sido si te hubieras parado a pensar...
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