Tiroteo.

lunes, 27 de agosto de 2012

      Es de noche, estoy con mi hermana viendo la tele en el salón... De repente, ¡rompen nuestras ventanas a base de continuos disparos! Le digo que se agache y corra hacia detrás de la pared del pasillo, que no haga ruido... Acto seguido, apaga la luz para que no nos vean desde fuera. Me hago fugazmente una cadena de preguntas... ¿Quiénes son? ¿Qué quieren? ¿Por qué a nosotras? Pero todo eso ahora me da igual, tengo que estar bien para proteger a mi niña. Agachada, me dirijo rápidamente hacia las ventanas para pasar a la habitación sin ser vista, mi hermana corre hacia mi con miedo y vuelven a tirotear repetidamente... ¡Oh dios! ¡Han roto todo lo que tenemos! Pero, ¿¿qué?? ¡Están entrando! ¡Vienen a por nosotras! ¡Vamos! La agarro de la mano fuertemente y corremos hacia el baño, cierro con llave y nos metemos cerca la una de la otra en diferentes bañeras, nos tapamos con las cortinas, (cual pensamiento ridículo del momento... Ya que no sirve de escudo antibalas) las ventanas de aquí ya estaban cerradas, por aquí no han pasado, no están rotas. Se escucha mucho ruido, continúan disparando. Compruebo cuidadosamente las ventanas... Es de día...

Tú.

jueves, 23 de agosto de 2012

           Para mí, es muy importante tener siempre una persona capaz de "entenderte", ayudarte, apoyarte, o simplemente, estar ahí dándote ese cariño que te hace sentir la persona más afortunada del mundo. En esos momentos de debilidad, tristeza, o tal vez se trate de un momento que quieras compartir porque estás orgullosa de algo que te ha pasado o quizás, en el día a día, esa persona incondicional, está ahí, ofreciéndote todo su amor y más.
           Existen momentos en los que te sientes que estás harta de todo, que quieres desconectar, o cambiar de vida, tener algo que te haga más feliz, algún cambio notable por muy simple que sea... Pero, siempre se necesita el cariño, la estabilidad que te oferta la otra persona, sí, esa de la que tanto hablamos, esa que cada vez quieres más...
         Puedes hacerte millones y millones de preguntas a las que nunca encuentras respuestas, o bien, tardas en obtenerlas, y algunas, puede que sean confusas. Puede que no entiendas lo que escribo, tampoco lo pretendo. Puede que no vaya dirigida a ti esta carta. Puede que no vaya dirigida a nadie. Cada cual es libre de sacar sus conclusiones al ver una película, leer un libro, ver unas fotos, escuchar una canción, oír un ruido... Todos podemos pensar lo que queramos. Solo existe una realidad válida, la realidad individual, la tuya, la mía, y / o la de los demás. ¿Qué más da?
             Esta carta no trata de nada en concreto, pero cuenta sobre todo, cómo son las cosas abstractas.
Sentimientos... ¿Qué es un sentimiento? Hay muchos sentimientos: amor, tristeza, dolor, alegría, odio, rencor, miedo, ilusión, vergüenza... Algunos de ellos, se encuentran relacionados entre sí.
               Tener pareja sentimental puede parecer fácil, pero, ¿¡sabes que no lo es!? Conlleva muchas cosas. Cambia tu vida, tienes que acostumbrarte a ciertas personas, como su familia, a su modo de vivir, a sus gustos, sus deseos, sus comidas. ¿Das lo que pides? ¿Intentas dar lo que te gustaría recibir? Te ves obligada a muchas cosas que no deseas por el bienestar de tu pareja, y en ocasiones, de los dos.
              Todo lo que haces, es porque quieres, nadie te obliga. TÚ eres la dueña de tu vida, puedes construirla, moldearla, hacerla, vivirla como tú desees. Sólo tú eres capaz de decidir tu sueño.
              Un consejo: Aprovecha todo al máximo, sé feliz.

Dejo de respirar.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Estaba profundamente dormida... Tenía los tapones de los oídos puestos porque vivo en una zona de mucho ruido. Aún así escuché levemente gritos que decían mi nombre de forma desesperada... ¡Yanelys! ¡Yanelys! Era la voz de mi madre o puede que la de mi hermana, no la distinguía por eso me levanté hacia sus habitaciones... Caminaba con dificultad, estaba oscuro y yo más dormida que despierta... Llego a la puerta, noto la respiración de mi madre mientras duerme, no oigo ya mi nombre... Pregunto a mi hermana si me llamó, la situación me alerta por falta de respuesta y decido encender la luz. Al instante, despierto, tumbada en mi cama con el pulso y la respiración acelerada, había dejado de respirar una vez más y no sé cómo. Pero algo lo impedía.

Soy consciente.

martes, 21 de agosto de 2012


          Ni siquiera me concediste el beneficio de la duda.
          Me has mostrado la clase de persona que eres. Tu manera de ser y de definir tu propia vida.
         Este tiempo compartido ha servido para enseñarme el tipo de persona que no quiero ni desearé ser nunca.
No tienes o no has tenido nunca la capacidad de creer en los demás como yo he creído en ti siempre. Y he perdido mucho tiempo, demasiado, como para malgastar éste que ahora tengo, aquí contigo, y actuar como si nada hubiera pasado, como si mis pensamientos no hubieran cambiado o mis planes no se hubieran transformado por sí solos.
         No encontraba la manera, las palabras, el diálogo más o menos adecuado y coherente respecto a esta situación, para despedirme de ti. Y prefiero decirte la verdad, lo que siento, lo que me has hecho sentir.
Sé que no te estoy haciendo daño, sé que te darías cuenta de esto tarde o temprano. Temía que llegara un momento duro entre nosotros, pero créeme por esta vez que jamás pensé que llegaría un momento tan difícil. Podría cerrar los ojos y taparme los oídos, viviendo como si nada sucediera, como si nada me influyera, como si la manera de dirigir tu vida implicara que también contribuye a ampliar de felicidad la mía. Pero no puedo mentir, ni mentirme. Creo que es mejor actuar de esta forma, pues dentro de un tiempo serás tú quien abra los ojos, y pensarás que estas palabras tienen el sentido que yo les atribuyo.
         Ni siquiera te has esforzado en construir tu propia capacidad de confiar en las palabras de la gente. Es difícil sobrevivir de esa manera, y te aconsejaría, por última vez, que empieces a pensar en los demás y a darles oportunidades, como tú haces contigo casi continuamente. Te escuchas, te enfadas contigo mismo y vuelves a empezar. Pero eso nunca lo logras con la gente que te rodea y te quiere, y también te escucha.
          Yo nunca me habría cansado de apoyarte, ayudado y escuchado en todo momento si no me hubieras tratado cual estatua sucia y vieja en un museo inapropiado. Tú eres ese museo, un museo inapropiado para mí, y yo la estatua que no puede ni debe encajar contigo.
          Ya me niego a pensar qué tipo de error es el que se ha establecido entre ambos, no me preocupa. Estoy intentando huir de todo esto, sé que lo conseguiré. Aunque dentro me resultará difícil no pensar en lo felices que podríamos haber sido si te hubieras parado a pensar...

La calle maldita.

lunes, 20 de agosto de 2012


     ...Y es que aquella tarde, no debí coger el coche... No tenía que haber salido de casa... Pero lo hice, y eso no se puede cambiar... Estaba en peligro mi vida, pero también la de la persona que más quiero en esta vida, mi hermana...
No sé hacia dónde íbamos, recuerdo que no encontraba aparcamiento y al meterme en la calle principal apreté el acelerador, quise entrar por la siguiente calle y al frenar bruscamente el coche derrapó y a su vez hizo un trompo... Reconozco que me acobardé, pero no perdí el control y conseguí meterme por aquella calle. 
         Yo la llamaría... La calle maldita. Pues maldita sea la hora en la que decidí que ahí tenía que meterme, estando al filo de mi muerte, exponiendo a mi pequeña a tanto sufrimiento... Pero, qué podía hacer? Nada...
         -Ala! He conseguido este aparcamiento de milagro! menos mal, hemos llegado...
(veo que se acercan tres tipos altos, fuertes... con las manos en sus espaldas... vienen hacia aquí... ¿qué querrán estos pesados ahora? ¡que llevo prisa!)
      -¡No se bajen del coche! ponte atrás con la niña, no intenten hacer nada raro y estén calladas...
        -Pero, ¿qué es lo que quieren? ¿Qué pasa? (me empiezo a preocupar, mi pulso se acelera, me desespero...)
-¡Cállate! dijo, ¿no lo escuchaste? Solo queremos matarlas (se ríen los tres machangos a la vez... a nosotras no nos sale ni una mísera lágrima ante tanto sufrimiento...)
          Se alejan del coche, tenían un furgón en el que conseguí ver escopetas, ¡grandes! de esas de combate, sí, definitivamente estaban locos... Lo peor es que soltaron allí los bates de béisbol que llevaban a la espalda y los cambiaron por algo atemorizador a primera vista...
        Mientras... Traté de cubrir a mi hermana con todo lo que encontré a mano y cuando se acercaron, ella les ofreció que se quedaran con lo que teníamos, a mi me parecía una estupidez, lo único que querían era matarnos, sino, nos hubieran pedido algo...
      Nos estuvieron martirizando horas y nosotras dentro del coche... Hasta que traté de convencerlos a dejar marchar a la niña. No daba resultado...
          -Tomen esto por favor, dejen que nos vayamos y haremos como si no hubiera pasado nada, se los prometo... Con este chantaje, aunque no fue nada fácil, logramos escapar las dos. Sanas y salvas.
        Pasaban los días, las semanas... Y me atormentaba la idea de volver a salir a la calle, no quería saber nada del exterior, sentía miedo, algo poco común en mi... Me aterrorizaba la inseguridad a la que una puede llegarse a exponer cuando menos lo esperas...

A pesar de todo... Estoy aquí.

viernes, 17 de agosto de 2012

Pero... ¿qué?, ¿siempre tiene que haber un "pero" ?
Lo que hemos hecho no tiene solución, no podemos cambiar el pasado... Es bonito decir "te quiero" y dar un abrazo cuando hemos cometido un error, pero no por eso siempre merecemos un perdón.
Tal vez haya perdonado lo imperdonable... Pero no quiero entrar ahora en eso. Prefiero tener en cuenta las cosas buenas, los momentos que vuelvo a recordar... Me quedo con lo que me ha hecho en algún momento feliz.
Si alguien forma parte de nuestro pasado, es por algo... ¿Debemos recordar el por qué? o... ¿Abrir puertas para que pueda estar en el presente o futuro? En mi vida no hay ninguna cerrada, no se lo que pueda pasar mañana.
¡Mírame! A pesar de todo... ¡Estoy aquí...!
Haz siempre lo que deseas, sin jugar con los sentimientos...

Puñaladas.

jueves, 16 de agosto de 2012


Tumbada sobre la tierra boca arriba, puñaladas en el centro de mi espalda, mucha sangre. Otra herida grande en el brazo. Se escuchan ruidos, pasos, está todo oscuro y solo me muevo un poco para intentar reconocer la gente de los coches, aprovechando su escasa luz y así apuntar matrículas, buscar un culpable de lo sucedido... Para mi sorpresa, levanto mi pesado cuerpo y en ese instante soy consciente del dolor, de la cantidad de sangre que me baña... Corro hacia la puerta de mi casa, ¡a pocos metros! Pero ella me ve, se baja del coche y ¡me persigue! En lo que abro la puerta me alcanza al bajar las escaleras, grito a mi familia pero nadie puede ayudarme... ¿Dónde están? Si antes estábamos en la fiesta y volvían a casa... Me alcanzó, el dedo me lo ha reventado, sale sangre, la tiro al piso y consigo escapar por la puerta delantera, me duelen los tobillos... ¿Qué me ha hecho? ¿Cuándo? ¿Por qué? Bueno... ¿Qué más da? Ahora lo importante es huir... Toco en la casa de al lado, que vive parte de mi familia, abren, entro y cerramos todo... Puerta, ventanas, cortinas... Les cuento lo poco que sé y me intentan ayudar lavando mis heridas y apoyándome con sus palabras. Aparece mi padre que se siente orgulloso por haber ganado la carrera dedicada a mi, lo felicito y me pregunto a qué se debe todo esto... ¿Estoy muerta...? Me muevo mucho de un lado a otro de la cama, despierto... Me duele a morir la espalda, el brazo, el dedo, los tobillos. ¿Qué ha pasado? Miro a mi alrededor, todo oscuro, tumbada boca arriba como al principio... ¡No! ¡Otra vez no por favor! Tranquila, ha sido un sueño, me digo a mi misma...

Fuera de la rutina... y en el día a día.

martes, 14 de agosto de 2012

Tras este cristal, contemplo a estas pequeñas pero grandes personas que llenan mis ojos de lágrimas, mi corazón de sentimientos, mi mente de recuerdos y mi alma de solidaridad retenida por falta de valor. ¡No...! Podría ser miedo, pero valor tengo mucho, ¡coraje! Que me hace sentir grande cuando mis debilidades están presentes y las supero.
Gracias por hacerme crecer.
-Mi más sincero apoyo hacia las personas con cualquier tipo de discapacidad.
3 de Diciembre: Día Internacional de las Personas con Discapacidad.