Me
han diagnosticado cáncer. Me siento desesperada y más al sentir tanto
dolor cuando me inyectan la medicación a través del dedo meñique del pie.
Mi
familia tiene que costear los medicamentos y todo lo relacionado con mi
enfermedad, lo cual sabemos que en cualquier momento tendrá que parar, por lo
que voy a fallecer.
El
dolor de la inyección es tan fuerte, tan desagradable...
¡Despierto!
estoy muy asustada. Muevo los pies y me duelen mucho los dedos, parece real.
Menos mal, solo ha sido una pesadilla más... Comienza el nuevo día...